Por su frío y calculador temperamento, hasta hace algún tiempo, a Federer le decían el “Hombre de Hielo” y el “Asesino Silencioso”

Sin embargo, de unos meses para acá, podemos ver un nuevo Federer “mas humano”, que festeja con el público, sonríe con el público y hasta grita cuando gana un punto apretado.

El cambio ha sido positivo, lo vemos mas relajado, en paz con él mismo y disfrutando en mayor grado su tenis.

Roger ha cerrado un ciclo y da la impresión de que finalmente se ha dado cuenta de que no tiene que probarle nada a nadie, él sabe de que es capaz de convertirse en el mejor tenista de la historia.

Cerrar ciclos y evolucionar es parte de lo que nos hace avanzar en la vida como seres humanos. y el secreto es en reconocer cuando hay que abrir nuevos ciclos. Federer fue preciso y distante cuando requería serlo y esto le permitió concretar sus increíbles logros tenísticos, y ahora necesita trascender a otro nivel y a eso se debe su acertada “evolución”.