Año tras año, el viernes anterior al arranque del US Open se celebra el “Día de los Niños Arthur Ashe”,  pero este año el huracán Irene fue la razón para cancelarla.

La intensa lluvia y los fuertes vientos, hacían que los tenistas activaran el “plan b”, así  la guapa argentina Gisela Dulko compró comida, bebida y encerrada en el hotel se preparaba para un maratón de películas.

Brad Gilbert, analista deportivo, con un espíritu más aventurero, trataría de escabullirse de su hotel para cenar en un lugar cercano.

Irene ya había dejado varias fatalidades en su camino a Nueva York, tanto en Carolina del Norte como en Virginia, pero esto nunca asustó a los tenistas con sangre serbia como Novak Djokovic, Janko Tipsarevic, Milos Raonic y Jelena Jankovic quienes se reunían en un restaurante serbio.

Un Twitero, utilizando el clima como pretexto, publicaba que iba en camino a comprar “licor para sobrevivir al huracán”.

Irene también afectaría el precio de los boletos de la noche inaugural, cuyo precio regular era de $78 dólares, pero se estaban vendiendo en $27.