Rafa Nadal, eliminado en la cuarta ronda del Roland Garros, se refrescaba en la piscina de su casa en Manacor, muy alejado de su dolorosa derrota de hace unos días en el Pista Chatrier, pero a Toni Nadal, su tío y coach no se le olvidaba tan fácilmente el trato que le dio el público francés a su sobrino, tetracampeón en Paris.

“El público parisino es bastante estúpido,” declaraba Tony, “A los franceses les molesta el triunfo de un español… basar la felicidad en la derrota de otro me parece mala filosofía… Rafa jugó bastante mal y Söderling fue mejor. Esperemos que podamos hacer borrón y cuenta nueva".

El público gritaba a “pulmón herido” el nombre del tenista sueco, Robin Soderling, quien derrotó a Nadal. Esto es muy extraño considerando que Robin es uno de los tenistas menos queridos por sus compañeros. También gritaban el nombre de Roger [Federer], dando a entender que preferían que Roland Garros tuviera un nuevo rey, cualquiera que fuera, siempre y cuando no fuera Nadal.

“Los espectadores querían a toda costa ver caer al español, el cual sólo fue aplaudido una vez consumada su derrota,” escriben L´Equipe sobre esta situación.

La reacción de Nadal después de su derrota mostró su temple de campeón, retirandose a los vestidores saludando, respectuosamente al público, a pesar de sentirse despechado por este y tal vez entendiendo que los franceses han sido expertos en destronar reyes desde el siglo XVIII: