La estadounidense Serena Williams, número uno del mundo, sigue ampliando su leyenda al conquistar su tercer Roland Garros, superando en la final a la checa Lucie Safarova por 6-3, 6-7 y 6-2.

A Serena, quien llegaba a  París con las dudas de su lesión en el brazo derecho que la hicieron no rendir al máximo en Madrid y abandonar en Roma, se le sumó una gripe, que la hizo jugar mala su semifinal ante Timea Bacsinszky y no preparar la final como ella hubiera querido. Pese a ello, la menor de las Williams saltó a la pista central de Roland Garros muy concentrada y fue un auténtico vendaval para su rival. Con fuertes servicios y contundentes golpes desde el fondo, Serena evitaba el peloteo y buscaba los puntos rápidos, adelantándose por 6-3 y 4-1 en solo una hora.

La número uno del mundo llegó a disponer con su servicio de un 40-15 para ponerse con 5-1, pero ahí empezó a tensarse y cometer más errores, al ver más cerca la victoria. Con varias dobles faltas, cometió ocho durante todo el partido, terminó entregando el servicio y ahí llegó la reacción de Safarova. La checa, quien jugaba su primera final de un Grand Slam, logró subir su nivel y se llegó el segundo parcial e incluso se adelantó por 2-0 en el tercero, pero la menor de las Williams reaccionó, empezó a ganar metros en la pista y conectar potentes servicios, para así sumar seis juegos consecutivos y conquistar su vigésimo título de Grand Slam, quedándose solo a dos de Steffi Graf.

Serena alza así su tercer título del año, tras los conseguidos en el Abierto Australiano, Miami y Roland Garros, con un balance de 32 victorias por solo una derrota, la que le propició la checa Petra Kvitova en las semifinales de Madrid. La número uno del mundo no pierde una final en un Grand Slam desde el US Open de 2011.

Los títulos de Grand Slam de Serena se dividen en seis US Open y Open de Australia, cinco Wimbledon y tres Roland Garros.