El tenis nuevamente llega al cine para compartir las vivencias de dos de los gigantes del deporte, Bjorn Borg y John McEnroe, y de paso aprender de sus éxitos y fracasos.

Cine + tenis

Las grandes historias sobre el deporte blanco cobran vida en la pantalla grande, y tal .vez las más recordadas sean Wimbledon (2002), Match Point (2005) y The Royal Tenenbaums (2001). Este 2017, el tenis regresó al cine con La batalla de los Sexos y también con la épica historia de la feroz rivalidad entre Borg y McEnroe, filme que se estrenó hace un par de días y nos deja lecciones que son universales y no sólo aplicables al deporte.

El “Hombre de Hielo” nos derrite el corazón

El largometraje se basa principalmente en la final de Wimbledon 1980, donde Björn Borg (protagonizado por Sverrir Gudnason) consiguió su quinto título consecutivo en el césped sagrado, a costa de John McEnroe (Shia LaBeouf) en el llamado “Partido del Siglo”..

La película nos sumerge en las vivencias de ambos personajes días previos a la gran final, donde los diálogos en sueco e inglés, idiomas maternales de Bjorn y John, ayudan a darle mayor realismo a la película. Gradualmente entendemos el contexto emocional de cada uno de los finalistas y como ésto termina por afectar el resultado y determinar quién últimamente tiene éxito y quien fracasa en Wimbledon.

Hambre del éxito y la importancia del ritual que conduce al éxito

El hambre de éxito es el tema principal del filme y cómo cada uno de ellos lo debe enfrentar y alimentar para poderlo canalizar correctamente o para convertirse en su esclavo.

El papel que juegan. los rituales para ayudarlos a mantener la concentración es también una asignatura pendiente para el resto de nosotros.  En la película estos rituales son casi como religión para Borg, quien define rigurosos métodos para lograr la concentración total a la hora del juego y una armonía consigo mismo fuera de la cancha que lo alinea tanto mental, como emocional y físicamente, proveyendo así una explicación de uno de los factores clave que lo llevó a conseguir 11 títulos de Grand Slam.

Es la personalidad la que define las debilidades y fortalezas intrínsecas de cada uno

Al mismo tiempo que Borg era paz y serenidad, McEnroe era una persona donde el espectáculo y la mala vida eran sus ejes. En los 20 minutos finales de la final de Wimbledon, el estadounidense consigue finalmente serenar su interior y así enfocarse en sus objetivos, transmitiendo el mensaje que la serenidad es lo que hace que un deportista explote su potencial.

Choque de dos mundos

Mientras que por el otro lado, el sueco empieza a sentirse mermado por la explosividad y el grado de extroversión y exposición del estadounidense.

Choque de dos mundos, que eventualmente consumiría a Borg, obligándolo a retirarse a los 26 años de edad, por la carga de fama y espectáculo tan ajenas a él, pero tan nativas a McEnroe.

¿Quién ganó y quién perdió? Tal vez fue el mismo deporte del tenis, el ganador y perdedor.