Los destinos de cuatro personas darían un giro dramático tras el partido de cuarta ronda entre Aaron Krickstein y Jimmy Connors del US Open 1991.

Más de 20 años han transcurrido, pero Aaron Krickstein, entonces un prometedor tenista de 24 años, siempre recordará esa fecha como el día en el que su futuro se derrumbó y hoy día confiesa que después de llegar a ser número 6 del mundo, nunca imaginó que sus expectativas no se cumplirían, culpando en gran parte a ese partido fatídico.

Ese 2 de septiembre de 1991, Aaron enfrentaba a la leyenda del tenis, Jimmy Connors, quien a sus 39 años de edad regresaba a probar suerte en el US Open. Con una diferencia de más de 15 años, el obvio favorito para arrasar en ese match era Krickstein, sin embargo Connors echaría mano de un arsenal de recursos entre las cuales estaría vapulear al juez de silla, trabajar al público para conseguir un apoyo incondicional y un muy aguerrido tenis para clavar la estocada final en el quinto set, regresando de un déficit de 5-2, para ganar y humillar al joven tenista.

Connors llegaría hasta las semifinales del Gran Slam, lo cual puso a todos en Estados Unidos de cabeza y a él en la portada de un sinnúmero de revistas y en “talk shows” que, de acuerdo al documental “30 por 30” de ESPN, le significaron millones de dólares en patrocinios.

Curiosamente hay otros dos personajes involucrados en esta historia, el coach de Krickstein, Tim Gullikson y Pete Sampras, que con 14 títulos de Gran Slam es sólo superado hasta la fecha por Roger Federer. Sucede que tras esta derrota, Gullikson decidió abandonar a Aaron y poco tiempo después unió fuerzas con Pete Sampras para llevarlo al número 1 del ranking y a ganar cuatro títulos de torneos mayores en el período de 1992 a 1995.

Los destinos de tres personas cambiaron para mejor a raíz de este partido y el único perjudicado resultó Krickstein, quien hasta la fecha debe tener pesadillas y querer borrar ese preciso día del calendario.