La caída libre de la canadiense Eugenie Bouchard
2015-06-24En lo que va de año, sólo ha logrado siete victorias por 12 derrotas, la mayor parte de estos triunfos llegaron en el Abierto Australiano 2015, donde alcanzó los cuartos.
“Creo que 2015 será un año difícil para Bouchard”, apuntaba a finales del año el veterano entrenador Eric Van Harpen, tan solo unas semanas después de romper su relación profesional con la alemana Andrea Petkovic. Unas palabras que iban en la misma línea que las del técnico español Ricardo Sánchez. “Es una tenista que compite muy bien, pero habrá que ver si el año que viene puede defender todo lo que ha conseguido este año”. Sin duda, ni Van Harpen, ni Sánchez, dos de los técnicos más reconocidos y veteranos de la WTA se equivocaban y el tiempo les ha terminado por dar la razón.
Bouchard rompía con Saviano y comenzaba un año donde tenía que defender sus grandes resultados en Grand Slam, como lo eran las semifinales en el Abierto Australiano y Roland Garros, así como la final en Wimbledon. Unos resultados que la hicieron ingresar en el TOP 10 y finalizar el año en la séptima posición del ranking con 4.715 puntos.
Ahora, solo seis meses después de aquello, la canadiense ha perdido 1.597 puntos, quedándose con 3118 y saliendo del TOP 10 para ocupar la duodécima posición del ranking mundial. Además, en la carrera a Singapur, torneo de las ocho mejores del año que jugó el año pasado, se encuentra en el puesto 45, lo que demuestra que su temporada es, hasta la fecha, muy decepcionante.
No comenzó mal el año, ya que pese a no poder defender las semifinales del Abierto Australiano, sí llegó, al menos, hasta los cuartos de final, cediendo en dos sets ante la rusa Maria Sharapova. Un inicio de temporada que nada hacía indicar lo que estaba por venir,
Bouchard, con solo 21 años, ha notado la presión de defender los puntos de la campaña pasada y su tenis ha perdido posiciones en el escalafón mundial debido a esa presión y al miedo por perder que está sintiendo la tenista en cada torneo que disputa.
Tras el Abierto Australiano, Bouchard solo ha cosechado derrotas con jugadoras con un ranking inferior al suyo y no ha logrado ganar ninguno de los siete partidos que ha jugado a tres sets, desmoronándose en tres de esos partidos en el último parcial. El caso más reciente fue en Birmingham, donde lo cedió por un rotundo 6-0 ante la francesa Kristina Mladenovic.
Pero dos de los casos más significativos de la ansiedad que permea su juego los encontramos en su duelo en la tercera ronda de Roma ante Carla Suárez y en la primera ronda de s-Hertogenbosch con la kazaja Yaroslava Shvedova. Ante Carla llegó a sacar en tres ocasiones para cerrar el duelo, incluso disfrutó de una bola de partido, pero no lo logró cerrar. Con Shvedova manejó una ventaja de 4-0 en el tercero y vio cómo su rival se llevaba los seis juegos seguidos, privándola de la victoria.
Tal son las cosas, que de los últimos 11 partidos que ha disputado, dos de ellos de Copa Federación, solo ha logrado ganar uno. En Roland Garros, donde defendía semifinales, se llevó un duro revés al perder en su debut ante Mladenovic. Ahora habrá que esperar a ver lo que hace en Wimbledon, donde defiende la final alcanzada el año pasado y por tanto 1200 puntos.
Una nueva derrota prematura en Wimbledon la podría dejar fuera del Top 20. Una de las caras más conocidas y promocionadas por la WTA está en serios problemas, quizás acusando una presión generada de sus múltiples contratos publicitarios y de las esperanzas depositadas en ella por parte de la WTA y aficionados.