Horas antes de enfrentar a Rafael Nadal en segunda ronda, Lukas Rosol se asomó a la pista más famosa del mundo, la Cancha Central de WImbledon, y se la imaginó llena de vibrantes espectadores.
Lo que ni él ni nadie llegó a imaginarse fue que ese día se convertiría en el verdugo de Nadal y el artífice de la mayor sorpresa de Wimbledon 2012. .
Resultaba inverosímil pensar que el tenista checo, ubicado en el no. 100 del ranking, podría eliminar al no. 1 del mundo, flamante campeón del Roland Garros y dos veces ganador de Wimbledon.