Todos estamos de acuerdo que la tan esperada pelea del Canelo contra Julio César Chávez Jr. no cumplió con nuestras expectativas y resultó un fiasco, pero por otro lado, nos deja importantes lecciones que aplican a todos los deportes.

Primera Lección: estrategia y plan de juego

Catalogado como uno de los mejores entrenadores en la historia del box y miembro del Salón de la Fama, Ignacio Beristain definió una estrategia para la pelea que no cumplió el “Junior”, alegando que no la implementó pues era la equivocada.  Para un deportista profesional esto resulta un argumento absurdo, pues si no está de acuerdo con el plan de juego delineado de antemano con su entrenador, debió manifestarlo y discutirlo con su equipo días o inclusive semanas antes de enfrentar al rival para llegar a un acuerdo basado en la experiencia y opinión de todos. Esta es la primera lección de esta pelea, define con tu coach una estrategia de común acuerdo y comprométete a llevarla a cabo.

Segunda Lección: desarrolla tus recursos básicos

El Canelo fue técnicamente muy superior a su rival y de acuerdo a declaraciones de Beristain, el Junior nunca desarrolló en su etapa formativa los recursos y herramientas para hacer frente a alguien de ese nivel. Esta es la segunda lección de la pelea: como lo marca la Biblia, “todo tiene su tiempo” y tu etapa formativa es vital para el desarrollo de habilidades clave que determinarán tu éxito futuro.

Tercera Lección: la importancia de tu imagen

Los expertos coinciden en que la humillante derrota y falta de compromiso con la afición significan el fin de la carrera del Junior. Adicionalmente a esto, las declaraciones de Beristain revelaron un peleador indisciplinado, irresponsable e inmaduro, características totalmente desalineadas con las expectativas que uno tiene de lo que debe ser un deportista profesional. La gota que derramó el vaso, fue el video que circuló en las redes de un Chávez en estado de ebriedad en su parranda post pelea. Esta es la tercera lección: es muy importante que cuides tu imagen tanto dentro como fuera de la cancha, pues tu nombre es la marca que compran tus patrocinadores.